Jornada 1: Bogotá - Cambao- San Juan de Río Seco
Para iniciar en el bikepacking, lo que más recomendamos es comenzar con viajes cortos, en los cuales te familiarices con la experiencia de viajar en bicicleta en circunstancias de bajo riesgo, controlables y que te permiten ir conociendo los diferentes aspectos a considerar.
En nuestro caso, una de esas rutas fue viajar hasta Cambao, municipio a las orillas del Río Magdalena. Es básicamente la ida y vuelta desde Bogotá totalizando 250km con 4600m de desnivel en 2 días.
Para llegar a Cambao, en la glorieta de Siberia nos dirigimos a Facatativá para posteriormente bajar el Alto de la Tribuna. Tras descender 10km tomamos el desvío a Guayabal de Síquima ubicado en el costado izquierdo (suroccidental), seguimos bajando para cruzar Vianí y de ahí, sin pierde hasta las orillas del Río Magdalena.
Aunque es una vía con poco tráfico y en el que se puede alcanzar alta velocidad, se debe estar muy atento ya que se encuentran de manera frecuente desniveles, tramos de vía irregular y calzadas cerradas por reparaciones y mantenimiento debido a que es una zona de fallas geológicas.
Una vez llegan al nivel del Río Magdalena, se encontrarán con una autopista recientemente construida de excelentes condiciones la cual reparte hacia Ibagué (al sur), Honda (al Norte) o Armero (al oeste). Una vez llegamos a Cambao cruzamos el puente La Libertad en el cual, como siempre admiramos la imponencia del río más importante del país, y tomamos la foto del recuerdo.
Con una corta pausa en Cambao para comer y beber algo, damos inicio al ascenso de 32Km sintiendo los rayos de sol de medio día en nuestras espaldas, pero lo que nos tomó por sorpresa fue la intensa radiación del pavimento extraña e intensamente oscuro el cual provocó que la temperatura marcara hasta los 43ºC. Semejante temperatura nos jugó una mala pasada: nos costó bastante mantener un ritmo de avance, el agua no fue suficiente, no había donde recargar y la mente comienza a preguntarse ¿Porqué demonios estamos haciendo esto??.
Afortunadamente en el Km 15, aparece la primera tienda en la carretera, y respiramos aliviados por que quedarse sin hidratación sí puede crear una situación de riesgo muy alta, y aunque solo había comida de paquete, en estas condiciones, el cuerpo recibe cualquier cosa y lo vuelve combustible inmediatamente.
Con este respiro físico y mental, afrontamos la segunda mitad sin la angustia de la falta de agua, pero concentrados en mantener un ritmo sin afanes que nos permita avanzar de manera constante y sin desfallecer en las curvas con inclinación de doble digito.
Finalmente, tras casi 4 horas, llegamos al cruce a San Juan de Río seco y descendemos poco menos de 3 Km hasta su parque principal.
Jornada 2: San Juan de Río Seco - La Tribuna - Bogotá
Al despertar, San Juan nos regala uno de los amaneceres más deslumbrantes que hemos presenciado y nos da la inspiración para iniciar con buenos ánimos el primer segmento del ascenso el cual es la salida a la autopista.
Esos 3 kilómetros iniciales, aunque a primera vista no parecen mayor cosa, en unos pocos metros nos ponen a sudar y el dolor en las piernas se hace presente por los esfuerzos del día anterior. Este tipo de sensaciones son los que se perciben con mayor intensidad en los viajes en bicicleta, es decir, no importa que tan adolorido o resentido estén ciertas partes del cuerpo, sabes que no hay otra alternativa más que seguir pedaleando.
Usas cualquier tipo de estrategia para sobrellevar esas sensaciones: Cambias de posición tus manos, postura, alternas el pedaleo y cadencia, comes y te hidratas, admiras el paisaje….y para fortuna nuestra nos distraemos con las caravanas de la Virgen del Carmen. La verdad, todo se vale¡¡.
Llegamos al segmento de La Tribuna y nos ponemos en modo radar: Atentos en todas las direcciones por el tránsito de vehículos y camiones, pero sin mayor susto o inconveniente subimos y coronamos con sprint final y todo¡¡.
Al terminar un corto viaje como este, nos sentimos satisfechos por aprovechar al máximo un fin de semana y nos recarga de energías para la semana de vida citadina.